Tuesday, March 24, 2009

La crisis desde lo lejos.

La antropología se propone buscar lo netamente humano en grupos humanos con otra cultura.

La antropología usa el mismo método que la medicina al usar el medio de contraste o en la cocina usamos la sal. Con la diferencia marcada podemos resumir lo que es único.

Desde Berlín, me doy cuenta del despedicio del valioso clima que hay en México.... aunque sea en temporadas.

En esta ciudad de mercurio he tratado de tener plantas en todas las ventanas.... realmente es tortura para las plantas (y no menos para los humanos) tener muy pocas horas de luz gris.
Desde que llegué a esta casa con su balcón miniatura he tratado de mantenerlo verde lo más que me deja el clima. En febrero empecé a germinar chiles y tomates cherry para que crezcan lo suficiente y pasarlas al balcón después del día de las madres, que pasa la última helada. Realmente no es mucho trabajo, y me desespera no poder hacer nada por el crecimiento de las plantas, más lo que hago... Todo depende del sol.

Y con esta experiencia, me doy cuenta, de lo poco que le dí valor a la jardinería en Veracruz. Existen más plantas resistentes al sol, que plantas resistentes al frío... y son mucho más productivas, como los nopales.

Independientemenente si es el NAFTA o el Niño lo que nos tiene en Jaque; propongo que todos los que puedan escuchen, y tomen una cubeta, llanta vieja, la batea de la pick up, canasta... en fin, cualquier recipiente que puedan llenar de tierra, y lo hagan verde. Vasta con unas semillas y mínimos cuidados diarios. Un poco de agua, abono orgánico, gusanos.

Hay mucha información en internet al respecto, yo creo que lo mejor es que se relajen, que no cunda el pánico por espacio, tierra o sol... si no vivir las experiencias y aprender de ellas.

Sunday, March 8, 2009

La costa amálfica, Wagner y la liberación del humano. Erlösung.

La primavera parece que quiere llegar, parece que no.
El sol se deja ver un día y al siguiente las nubes se hacen presentes.
Así es la vida en Berlín, su cielo de mercurio, sus casa en tonos breves, gris, café, amarillo claro.
Pero en sus entrañas hay otros colores, donde sigue predominando el azul, pues siempre he creído que es el color que tiene la palabra Erlösung.

En Berlín pocos se han inspirado, por lo general aquí solo se replica, se trabaja de manera instintiva. Si el cielo dice mercurio, el pintor lo refleja en sus cuadros, el escritor en sus páginas... Para dejar mis teorías, un par de ejemplos: Gottfried Benn y Lasker-Schüler y en la pintura (más bien el dibujo) George Grosz y Kirchner bien retratan a Berlín. La ciudad replica y perfecciona, la prueba está en sus teatros, exposiciones y para mí modo de ver y escuchar, muy especialmente en la Filarmónica y en la Ópera Estatal en Unter den Linden. O la Lindenoper para los que le tenemos cariño. Regresaré a este punto.

Si bien en Berlín se fusiona la ciudad con la historia con el autor y sus sentimientos, en la costa amálfica (cuna de la Orden de Malta) uno solo puede preguntarse sobre la trascendencia del ser humano. La virtud de la naturaleza y la cultura, la belleza en la sencillez de la gente, los atardeceres rubíes y cerezas, la infinidad de un mar mediterráneo que tiene la historia de océanos.

En este suelo y con la vista a este mar y cielo Wagner compuso su última obra. Parsifal. Que no es más ni menos que la cuestión sobre la liberación del ser humano (Geist) de la historia, de la sociedad y sus límites.

La overtura nos eleva progresivamente, despacio hasta un éxtasis, en el que pregunta Gurnemanz: "¡He ho! ¡Levantaos guardabosques!"
Termina con la repartición del pan.

Toda la obra nos lleva en un viaje interior a los deseos que tenemos para un futuro mejor. Quizá menos humano y más solidario. Menos humano en el sentido, de dejar esas mañas humanas que son la guerra, la codicia, la negatividad - que no es pesimismo-.

Campanas, voz, y Daniel Barenboim


Hace tres años escuché a Parsifal en la Lindenoper, en el Festtagespiele. Dirigía Daniel Barenboim, cantaban René Pape, Christoff Fischesser... La piel la tenía de gallina durante 6 horas. Si las gallinas pudieran sentir esto se le haría justicia a la expresión. Piel de asombro y de introspección. Corre el rumor de que Nietzsche desmayó tras escuchar esta aberración al humano y sus monumentos. Supongo que este sentimiento de profundo asombro hace a esta obra tan terrible, su profundidad nos apabulla. Pero también nos levanta.

Escribo esto porque esta semana me enteré que el viernes pasado y mañana se volverá a presentar la producción que he visto, sin embargo con un gran monumento a la voz humana, Plácido Domingo.

Los boletos están agotados. Mas si he de tener que esperar tres horas, emocionado para conseguir uno, sería reparar para una visión única.